Te
fuiste sin poder decir (te) adiós.
Así,
sin más.
Y aún
duele.
Y es
que echo de menos tu sonrisa, tu alegría.
El no
poder hablar contigo.
Tu voz,
de la cual tengo miedo.
Miedo
de olvidarla.
De que
se esfume.
Pero
estoy segura de que tú si me oyes, de que estás conmigo.
Y a la
vez, segura de tantas cosas.
Segura
de que contigo aquí, habría menos dolor.
Segura
de que hubieras hecho que los días oscuros, volviesen a brillar.
Segura
de que entre tus brazos, nada malo podría pasar.
Y,
mientras tanto, Ludovico y Juan Luis Guerra suenan con nosotras.
Estoy
segura de que podríamos haber hecho tantas cosas… y, sin embargo, ya no.
Segura,
de que desde que no estás aquí, todo ha cambiado.